martes, enero 22, 2008

Menos feliz, y sin embargo más feliz

Las dos decisiones, sobre Botín y Atutxa, ineludiblemente, divergen. La salida que permitió al presidente del Santanter librarse del banquillo no puede valer para el ex-presidente del Parlamento Vasco. Doctrina ad-hoc para Ibarretxes y Parots, La justicia como instrumento de normalización política. Pero, sin duda,, como advertencia: el Supremo está politizado, y es superior a cualquier instancia política sub-estatal. El conflicto institucional no se hizo para Vitoria-Gasteiz. Solo para Madrid-capital-centro político y sus dominadores. Un único sistema judicial, un único sistema de poder.

Pero al alba las reacciones van en otra dirección. Y el poder del patriarca, que abomina del compromiso y la tranqulidad honesta, vuelve al péndulo de los agravios mutuos. Así se mantiene el escenario, hasta que se haga justicia. Don Emilio Botín es libre y sospechoso, después de ayer, mientras que Atutxa es el protomártir, no del redivivo Plan del lehendakari, sino de las intenciones convenientes de Garzón y quizá también de un prurito de corporativismo judicial, pero siempre contingente.

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