domingo, octubre 07, 2007

Integración práctica

Caso 1: Un anti-nacionalista orgulloso:

El presidente del PP de Catalunya, Daniel Sirera, rechazó la resolución de la Conselleria de Educación de Cataluña que obliga a una escuela de Girona a admitir a una niña que quiere acudir a clase con pañuelo islámico y ofreció su apoyo al centro, al tiempo que defendió que los inmigrantes deben acatar las normas y tradiciones del país. "Las personas que vienen deben de tener muy claro que aquí hay unas normas", subrayó.
Sirera, para quien "hoy es el velo y otro día será otra cosa", precisó que en Cataluña hay unas "
normas de convivencia", así como unas tradiciones y una cultura, a lo que se suman las propias directrices del centro educativo, "que se tienen que cumplir por igual para todos".

Caso 2: Un nacionalista receloso

El presidente de UDC y portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, pidió hoy que España celebre un debate político y social que marque los deberes de los inmigrantes para que la cultura propia no pierda sus valores frente a un "mundo que los tiene muy claros".
El portavoz de CiU en el Congreso aseguró no creer en la multiculturalidad, que "lo que hace es deshacer la cultura propia". "Otra cosa distinta es el enriquecimiento de mi cultura a través de culturas de otras partes del mundo", matizó.


Esas normas, ¿no son las resoluciones de la Conselleria que autoriza el velo? Discriminar unos símbolos religiosos y no otros, ¿es igualitario? La cultura propia, ¿no es la que hay en todas las personas que residen? Ese enemigo, contra el que todo vale, ¿es el Islam, el castellano, Cataluña? ¿Hasta cuándo la excusa?

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