jueves, enero 31, 2008

El mito de origen

Como siempre, la lección serena y la prestancia idiomática, de Berlin Smith.

¿Y si la igualdad de derechos sirviera de mito? Todos los pueblos imaginados han tenido guerras y aspiran a la democracia. No debiera complicarse el amaño de unas, en cuanto liberadoras o restauradoras -fundadoras, incluso-, y la otra cual manto de convivencia reglada. Si el icono localiza, los catálogos jurídicos, las superestructuras emocionales, pueden asemejarse sin trauma. Un proyecto, un cuerpo, sin alma es el principio de todo. Aquella se crea. O se recibe. De (la literatura sobre) los muertos.

Entonces 1808, o 1898, deviene pre-liminar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un idea interesante: confirmando que la mente no puede vivir sin ensoñar. Al ensoñar, pinta, escribe, construye. Pero también maltrata, se defiende, se asusta, asesina. Miseria biológica. Grandeza de sentir.

(el mono de Mapuche ¿como una cárcel?. La cosa es si la cárcel es irreversible)