miércoles, enero 30, 2008

Una víctima, y por tanto libre de toda sospecha. (Ahora que ha muerto Ugo Parri). Segunda parte.

Un ciclista, en uso de su libertad, choca con un automovilista ebrio a 160 km/h. Parece sencillo, ¿verdad? Pues no. El automovilista de responsabilidad parcial, cohonestada con el malogrado muchacho sin protecciones y normas acatadas, demanda en justicia lo que cree debido, Un clamor popular obliga a la Fiscalía a amagar con reabrir el caso (a deponer la responsabilidad completa). Solución: retirada a tiempo.

Hay quienes, inteligentes, apenas le recriminan una cantidad no simbólica, Aunque esa no es la cuestión. La muerte hay que cobrarla, y un fallecido en accidente nunca quiso devenirlo, caducando la responsabilidad, equiparada siempre a voluntad. Podríamos responder que el homicida tampoco.

Queda predicado del reclamante que es muy poco ético y sensible, como debiera serlo un tribunal. Pero ni lo irrevocable exime.

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