viernes, noviembre 24, 2006

Fuego amigo I

Andan algo despistados los electores de buena fe: Creían atacar, diputadamente, al PSdC, y resulta que la brecha es pepera. Tanto, que algún apoderado, cortante ironía, preside a los misioneros. Nadie piede culpar a Albert Rivera de haber atravesado el desierto, en todo caso de mayor transparencia, como la que sanamente exigen a la partitocracia a la que desean afiliarse para mejorarla. Pero es significativo:

1º,
demuestra que la pluralidad también es el gris intersticial

y 2º, prueba un cierto apparentement
entre bases electorales no tan opuestas como sus fautores


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