miércoles, febrero 06, 2008

Identitario

Rajoy, el superdelegado de Sarkozy, charnego galo, aplica su programa en España:

"Los inmigrantes deberán cumplir las leyes, aprender la lengua y respetar las costumbres de los españoles."

No ha tardado demasiado en revertir epítetos. La obtusa aculturación integrista de ciertas posturas muta en propuesta estrella de un tema que ronda la elite de las preocupaciones entre los electores. Hete aquí que el candidato, olvidadizo de cooficialidades y tradiciones autoproclamadas diferentes, halla la solución, como sin duda era previsible, en el producto foráneo de una sociedad que aparentemente es tan plural como la española y en realidad busca una sola identidad: la de las leyes, por supuesto. De ahí su rechazo a la Euroconstitución, colijo.

La manida, de ningún modo inventada por Don Mariano, dupla Lengua y Costumbres como sostén de la obediencia al sistema o como requisito para (no) cambiarlo. Nacional-inmigrante antes que ciudadano-nacional. 1812 cabalga.

El colectivo, o tribu, provisto de actitudes y definiciones sobre sí, pacta en exclusiva con quien las acate. A los demás, no los quiere, no los necesita.

P.D. ¿Y por qué las costumbres de los españoles, al parecer privativas, en diáfano multiculturalismo, no pueden ser contrarias a las leyes*? Herrenvolk.


*Nótese la prevalencia en el texto enlazado.

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